Qué hay detrás de la prisión La Quebrada, lugar donde se desarrolla el spin-off de “El Marginal”
El proyecto, creado por Sebastián Ortega, amplía el universo de la exitosa El marginal y propone una mirada femenina, cruda y realista del mundo penitenciario.
Un spin-off con identidad propia
La serie sigue a Gladys Guerra, interpretada por Ana Garibaldi, un personaje ya conocido por los fanáticos de El marginal.
Ahora, “La Borges” enfrenta su propia condena en la prisión femenina “La Quebrada” tras un intento fallido de secuestro. Junto a otras cinco internas, conocidas como “Las embarradas”, deberá enfrentarse a la violencia, la jerarquía interna y las “tribus” que dominan la rutina cotidiana del penal.
La sinopsis oficial detalla: “Mientras son conducidas a la prisión de La Quebrada, Gladys Guerra ‘la Borges’ y un grupo de condenadas sin historia previa en el mundo carcelario, viven una situación límite que las unirá para siempre. En el Barro relata la transformación de este grupo de detenidas que deberán enfrentar la vida en prisión, luchando contra la adversidad del régimen carcelario, con el desafío de conseguir su propio lugar, peleando por derechos y beneficios”.
La verdad sobre la cárcel “La Quebrada”
Aunque no está basada en un caso específico, En el barro tiene un anclaje claro en la vida real.
La ficción se inspira profundamente en la cotidianeidad y riesgos dentro del sistema penitenciario femenino.
Para lograrlo, Ortega visitó cárceles y conversó con internas, recogiendo testimonios que nutrieron el guion. El resultado es “un retrato profundo y auténtico del entorno penitenciario, más allá de la narrativa de acción o crimen tradicional”.
Asimismo, aunque todo el relato ocurre dentro de “La Quebrada”, la verdad es que dicha locación no es una prisión en funcionamiento.
Como apuntó un medio local, el equipo montó el penal “dentro de una antigua fábrica tabacalera abandonada en San Martín, en las afueras de la Ciudad de Buenos Aires, muy cerca de la Autopista General Paz”. Allí se recrearon con detalle los pabellones, celdas, patios y espacios comunes.
Algunas escenas clave, como la que da nombre a la serie —en la que las protagonistas terminan cubiertas de barro durante un traslado—, se rodaron en locaciones reales como “el Puente Levadizo de la Isla Santiago, en Ensenada, partido de La Plata”, lo que aportó un marco visual impactante y comentado por los fanáticos.