Vivencia: el pupitre eterno, el cuarto y la soledad: Leyendas del Rock Nacional

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Vivencia: el pupitre eterno, el cuarto y la soledad: Leyendas del Rock Nacional

El concepto y los generos del rock venian de cambio a principios de los 70 a nivel internacional. Una nueva variante generada por bob dylan mezclando el ritmo folklorico estadounidense con el sonido electrico, brindo como consecuencia la apertura a un nuevo estilo, que amalgamo duos de la talla de Loggins y Messina o Simon and Garfunkel , que comenzaron a producir profundidad desde letras comprometidas y reflexivas. Buenos aires no fue ajena a esa movida y algunos musicos abrazaron aquella forma novedosa: Pastoral, desde los interrogantes humanos, la muerte y la locura emitiendo preguntas sin respuestas, Miguel Cantilo y Jorge Durietz de modo social y panfletario, los Sui Generis de Charly Garcia con el criterio de vida hippie y libre, y dos muchachos que apuntaron a la armonia viva vocal, lo lirico y cotidiano en sus letras, desde la zona Oeste y con un bageje de ilusion y cosa cierta. Al proyecto acustico lo bautizaron Vivencia.
Los representantes de las populosas barriadas de ciudadela y haedo se juntaron y en sus inicios, incursionaron en la Bossa y el Jazz hasta que Maderas, como denominaron a su agrupacion antes del proceso de grabacion y popularidad, consiguio telonear al credito Rockero del Oeste, El Reloj, llegando a la grabacion de su primer placa a traves de Leo Rivas, conductor televisivo que los llevo a realizar pruebas en diferentes discograficas. La idea del grupo de grabar una obra conceptual fue tenida en cuenta por CBS y lanzaron Vida y Vida de Sebastian, Opera Rock de nivel alto y concreto. Daniel Grimbank comenzo a representarlos y en 1973 editaron su disco clave, aquel que les daria popularidad con canciones que serian de las mas importantes del rock nacional.
Mi cuarto se titulo el trabajo y hasta la fecha, resulta uno de los mas trascendentes disco del estilo.
Catalogados como los chicos buenos del Rock ellos eran laburantes de la musica, recorriendo el pais completo y brindando gran cantidad de shows siempre con profesionalismo y coherencia. La revalorizacion de lo natural y la critica al consumismo vivian en el espectro del duo y resulto bandera de muestra y criterio social toda aquella postura. Ocho trabajos en estudio y uno en vivo demuestran la capacidad sensitiva al componer e interpretar . Luego de varios años, el ciclo artistico termino cuando un productor quizo llevarlos a Los Angeles a grabar un trabajo pero no como Vivencia, si no con el nombre de Ventura en el mitico sello Motown, pero la idea no prospero y Hector Ayala decidio marcharse a vivir a la citada ciudad con su familia. En 2000 se volvieron a reunir y comenzaron las presentaciones , pero un dramatico Parkinson alejo a Ayala de los escenarios, emfermedad que puso fin a su vida y por ende a la de una de las agrupaciones de mayor relevancia de los 70 y 80, que legaron obras imprescindibles en el decalogo cultural argentino.
Escuchar al duo es volver a la vieja tinta azul Pelican, a las historias mas sentidas, al interior convulsionado y a la vez sereno, al primer cigarrillo, al amigo loco, la barriada porteña, el colegio y las huellas imborrable de cada ser humano transitando vida y juventud. La soledad del cuarto, aquel lugar de contencion, con libros y musica, la radio prendida en las noches eternas, los sonidos y los silencios que lograban concluir lo inconcluso, el locutor Juan Alberto Badia hablando con sumo cariño del duo, la guitarra criolla para sacar sus temas y soñar con ser musico de rock.
Todo aquel bagaje de emociones y sentimientos se compactaron en dos personas de rostro sereno y actitud artistica. Ellos representaban cualquier esquina de un barrio , donde podiamos encontrar jovenes rasgueando cuerdas ya gastadas cantando a los cuatro vientos sus propuestas musicales, exteriorizando dolores y alegrias dentro de un entorno de vuelo distinto, a pesar de los embates sociales de los 70. Muchos de nosotros, al recibirnos de Bachiller, cantamos aquella vieja tonada que ubicaba en el centro de atencion a un pupitre marron, aquel que en la actualidad nuestros queridos postulantes a recidentes medicos no poseen al generar un examen, aquel que fue testigo de todo nuestro paso por la escuela y lo significativo de tamaña experiencia. Las melodias de Vivencia son vida pura, parte estructural de lo fogonero y solidario, esencia misma de lo cultural y profundo, dos voces que amalgamaban con un tinte diferente y transversal lo armonico y melodico. Ingresar en el espacio de Hector y Eduardo es como volver a dar una vuelta por los afectos, las emociones pasan a traves de sus canciones como un film sentimental y distinto, el amor no correspondido, los valores, que de tan perdidos en este presente, hacen lejanas sus melodias y sus dichos.
Si recorres el vivencial camino de estos proceres de nuestro Rock, encontraras un sosten dentro de historias como las tuyas, que abrazan el sentido mismo de lo mas necesario: el amor a las cosas mas sencillas de una vida que gira y gira, como una calesita.
Hugo Bertone.
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