Los alumnos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA construyeron un aparato con sensores electrónicos y con un huevo de gallina a modo de pasajero para la competencia CanSat. Todas las características del dispositivo y cómo el equipo llegó a la última instancia
Un satélite de madera con sensores electrónicos, semillas, agua y un huevo de gallina como tripulación. Así se resume la misión con la que un grupo de cinco estudiantes de la Universidad de Buenos Aires logró ubicarse entre los cinco mejores equipos del mundo en una competencia internacional que simula una misión aeroespacial real.
Detrás del experimento, bautizado Hornero en homenaje al ave nacional argentina, se encuentra un proceso de aprendizaje autodidacta, colaboración interdisciplinaria y una fuerte reivindicación del valor de la universidad pública.
La competencia se llama CanSat y es organizada anualmente por el Programa Espacial Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México. Participaron más de 100 equipos de universidades de todo el mundo y, entre ellos, 40 llegaron a la final realizada en la Ciudad de México.
Entre los finalistas estuvo el equipo argentino Hornero, integrado por Clara Telesca, Pedro Monczor, Pilar Risso, Santiago Pérez Garber y Juan Valle, todos estudiantes de Física y Química en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. “Para nosotros es muy valioso poder representar a la Argentina en la etapa final. Gracias a los resultados que fuimos obteniendo, tenemos altas expectativas”, había dicho Telesca antes de viajar a México.